jueves, 28 de enero de 2016

CIENCIA: Origen de los cañones estriados

Como en muchos de los aspectos vinculados con las armas de fuego, no se conoce quien inventó las estrías, pero su aparición es casi tan antigua como ellas. 
La más remota referencia corresponde al año 1476, oportunidad en que un armero italiano se refiere en un escrito, a un arma de mano con surcos en su interior con forma de espiral. 
El término espiral no es técnicamente aplicable para referirnos a las estrías, que son correctamente denominadas como helicoidales. 
Existen otras interesantes referencias tales como que Maximiliano I, poseía en 1493 un arma larga con estrías. Otros autores adjudican su invento a Gaspard Kollner de Viena en 1498 o a August Kotter de Nüremberg. Estas dos ciudades nos están indicando en qué región se asentaba la tecnología de punta en esa época. Otra referencia interesante se encuentra en el inventario histórico del arsenal de Zurich, donde se describen armas del año 1544 con estrías. 
Es un hecho que en Berna, en el año 1563 competían en torneos tiradores con armas largas estriadas. 
En realidad, las grandes estrías que poseían los cañones en esos tiempos, buscaban solucionar un problema completamente distinto. La pólvora negra utilizada en la avancarga, quemaba en forma irregular e imperfecta, dejando en el ánima muchos residuos carbonatados que dificultaban, retrasaban y en casos extremos impedían la recarga. Esto requería de los tiradores una concienzuda limpieza, algo impracticable en una situación de emergencia como por ejemplo durante el combate. 
Las estrías de la época eran construidas para que esos residuos se instalasen en los surcos, permitiendo un número mayor de disparos sin requerir limpieza. El promedio de disparos sin saturarse de carbón de esas armas, llegaba a alrededor de 20. 
Las formas y dimensiones de los surcos eran distintos de los actuales, generalmente diseñados en forma de V, de varios milímetros de profundidad y a veces con trazos helicoidales. 



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