En el mundo en el que nos movemos, es inevitable la interacción de los diferentes elementos que habitan el planeta. Por ejemplo, cuando caminamos provocamos una modificación (perceptible a simple vista o no) en el suelo por el que transitamos dejando una huella en el mismo, a su vez este último altera la suela del zapato, impregnándole polvo o cualquier otro elemento que tenga contacto con el calzado. Este fenómeno común, en el universo de la criminalística es conocido como el principio de intercambio confeccionado por Edmond Locard. Dicho principio dice que «siempre que dos objetos entran en contacto transfieren parte del material que incorporan al otro objeto». El resultado de estos fenómenos de interacción son los denominados indicios. Según la Real Academia Española, indicio es un fenómeno que permite conocer o inferir la existencia de otro no percibido. Según Escudero et.al. (2010) es “todo objeto, instrumento, huella, herramienta, impresión, rastro, conjunto de datos, vestigio o signo, bien sea empleado o bien generado antes, durante, o inmediatamente después de ejecutado un acto antijurídico”
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Cómo citar este artículo:
IBARRA NIEVAS, J. Juliano.
(2014). “Indicios específicos producidos por el uso de arma de fuego” Revista
Digital de Criminología y Seguridad. TEMA’S. Año II, Número 17. (p. 26-33).
