Científicos holandeses acaban de descubrir un nuevo método para
determinar la edad de una persona (dentro de rangos determinados) mediante el análisis
de muestras de sangre según la revista Current Biology.
“El
método esta aun lejos de poder revelar la edad exacta”,
advierte Manfred Kayser, otro de los miembros del grupo de investigación, según
cita en su versión digital el semanario germano Spiegel. Cotejando los restos sanguíneos con pruebas tipo, “lo que podemos
decir es si alguien tiene entre diez y veinte, entre veinte y cuarenta, entre
cuarenta y sesenta o mas de sesenta anos”, continuaba
van Dongen en Deutschlandfunk.
Hasta ahora, las pruebas de sangre- encontradas por ejemplo en la
escena de un crimen- decían mucho sobre su propietario, pero no su edad.
Científicos holandeses han logrado, sin embargo, dar con un método que la
revela.
Una sola gota de sangre y uno revela- casi- cuántos años tiene.
Los huesos y los dientes eran hasta el momento las únicas partes del
cuerpo humano capaces de indicar la edad de la persona. Lo que un grupo de
científicos holandeses acaba de descubrir- y publicar en la revista Current
Biology- puede calificarse, por lo tanto, de revolución.
El equipo de la Universidad Erasmus de Roterdam ha encontrado en las
células sanguíneas particularidades susceptibles de ser agrupadas por edades.
De esta manera, han podido desarrollar un método que, según los estudios
iniciales, permite identificar los años del sujeto en cuestión dentro de unas
franjas determinadas.
Fragmentos de ADN
En la escena de un crimen, todo dato es importante.
La clave del hallazgo holandés está en los linfocitos T, también
conocidos como células T. Estas partículas son parte fundamental del sistema
inmunológico y se encargan de coordinar la respuesta inmunocelular, es decir,
la reacción contra los virus y ciertas bacterias.
Para poder llevar a cabo dicha labor, los linfocitos T varían su
genoma y desprenden fracciones de ADN. Estos pedazos, conocidos en inglés como
sj-TREC, se van acumulando en el organismo cada vez que éste ha de defenderse
de la irrupción de células ajenas. Y como son bastante estables, pueden
detectarse incluso pasados algunos años.
Llegados a este punto, pudiera pensarse que las personas de más edad
y que han hecho frente a infecciones con más frecuencia a lo largo de su vida
son quienes demuestran una concentración mayor de estos fragmentos de ADN en la
sangre, pero no es así.
“Los niños cuentan con un sistema inmunológico mucho más activo, por
eso encontramos en ellos más sj-TREC. Es lo que descubrimos al comparar las
pruebas sanguíneas de personas de diferentes edades: a más edad, menor cantidad
de estas partículas en la sangre”, explicaba Jacques van Dongen, uno de los
científicos implicados en el estudio, a la emisora de radio alemana Deutschlandfunk.
¿Dato de importancia?
Los científicos de Roterdam comparan la sangre con pruebas tipo.
“El está método aún lejos de poder revelar la edad exacta”, advierte
Manfred Kayser, otro de los miembros del grupo de investigación, según cita en
su versión digital el semanario germano Spiegel. Cotejando los restos
sanguíneos con pruebas tipo, “lo que podemos decir es si alguien tiene entre
diez y veinte, entre veinte y cuarenta, entre cuarenta y sesenta o más de
sesenta años”, continuaba van Dongen enDeutschlandfunk.
“Probablemente, serán muy pocos los casos en los que una
diferenciación entre estos grupos de edad sea relevante”, opinó por su parte
Lutz Roewer, del Instituto Forense de la Universidad Clínica Charité de Berlín,
también en una entrevista concedida a Spiegel.
Sus colegas holandeses, sin embargo, consideran que el dato sí puede
ser importante. Por ejemplo, en la escena de un crimen- incluso, por la
estabilidad del material, de un crimen que haya acontecido ya hace varios
años-. La sangre que el autor hubiera podido dejar allí sólo otorgaba hasta
ahora información como el sexo, y conocido es que aquello que contribuya a
hacer más exacta la descripción de los hechos es en círculos policiales una
bienvenida ayuda.
Para saber más: