Policía francés, investigador e impulsor de métodos de
individualización antropológica.
En 1882 no conforme con los usos empleados
en la fuerza francesa para identificar a los criminales reincidentes, expuso
una nueva disciplina: la antropometría.
Se trataba de una técnica de identificación de
criminales basada en la medición de varias partes del cuerpo y la cabeza,
marcas individuales, tatuajes, cicatrices y características personales del
sospechoso. Elaboró la metodología necesaria para el registro y comparación de
todos los datos de los procesados.
En 1884 aplicó este procedimiento para identificar
a 241 delincuentes múltiples, por lo que su procedimiento ganó enorme prestigio
y fue rápidamente adoptado en Europa y EE. UU.
Su método tuvo un estrepitoso fracaso cuando se
encontraron dos personas diferentes que tenían el mismo conjunto de medidas.
Bertillón también estandarizó las fotografías de
identificación y las imágenes usadas como evidencia. Desarrolló la “fotografía
métrica” que busca reconstruir las dimensiones de un lugar y la ubicación de
los objetos allí encontrados. Indicó que las fotografías de la escena del
crimen debían hacerse antes de que se produjese cualquier tipo de alteración y
que dentro de la imagen debiera colocarse huinchas con medidas impresas
(testigo métrico) para facilitar la identificación del tamaño del elemento o
lugar. El fotógrafo debía hacer sus fotografías frontal y lateralmente a los
objetos. Sus instrucciones en la actualidad se siguen respetando.
El Bertillonaje
La idea de Bertillon era sin embargo sencilla y
genial. Consistía simplemente en dar una aplicación práctica a los
trabajos antropológicos de su padre. Partiendo del principio del que no
existen dos individuos absolutamente idénticos, pensó que tomando cierta
cantidad de medidas susceptibles de no variar en el curso de una vida se
conseguiría identificar a un individuo de un modo prácticamente infalible,
cualesquiera que fuesen su edad y el medio que empleara para modificar su
apariencia física. Para trece medidas tomadas, los riesgos de confusión son
estadísticamente del 1 por 4.194.304, y del 1 por 268.435.456 para catorce
medidas. Teóricamente, semejante método no dejaba subsistir la menor posibilidad
de error.