El movimiento de un automóvil en el
plano de coordenadas X e Y presenta una dificultad cualitativamente superior al
que presenta el estudio del desplazamiento en una dirección. El número de
variables se multiplica, y el número de ecuaciones que las relacionan crece en
relación geométrica. En esas condiciones, la reconstrucción de movimientos
curvos (trompos, derrapes, casos de fuera de pista en curvas, etc.) se vuelve
extremadamente compleja, al límite de que la mayoría de los problemas resultan
técnicamente irresolubles.
Las metodologías aplicadas en estos
casos, tendieron a homologar los movimientos de rotación y traslación de
cuerpos rígidos sobre trayectoria curva, en desplazamientos de masas puntuales,
prescindiendo de las coordenadas. Al reducir la trayectoria a una curva S, cuya
curvatura resulta indiferente, el punto, sin inercia ni rotación, se comporta
como en el caso del desplazamiento lineal.
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